Gracias África.

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Todavía seguimos asimilando el éxito del mundial. Con el paso del tiempo nos iremos dando cuenta del valor de ganar un Campeonato del Mundo. Tras las primeras horas y días de fiesta y celebración, luego llega en momento de relax, de nuevos retos, y de pensar lo que has ganado, y como lo has ganado. En mi caso particular, aún hoy en día, y antes del éxito de España, la gente aún recuerda y me pregunta a cerca del Mundial sub-20 de Nigeria´99. Han pasado once años y ese éxito juvenil aún sigue presente entre los aficionados y jugadores. Nadie se olvida. Esa es la importancia de ser campeón. Un segundo puesto, todo llevaría al olvido. Mi experiencia como jugador en el extranjero, este año en Budapest, me sirve para ver la repercusión internacional, ya que mis compañeros no paran de preguntarme cosas de España, de compañeros del Mundial, de la selección, del fútbol practicado… y todos quedan asombrados por el juego de Xavi, Iniesta, Fábregas y compañía. Su sueño es jugar en España, me dicen todos…..tontos no son.

Aún seguimos de resaca mundialista. Viendo fotos, declaraciones de jugadores, los videos de la celebración, cantando el waka waka, las banderas de los balcones no las quita nadie… todo vale para sacarnos una sonrisa y sentirnos orgullosos de nuestra nación , de poder gritar ¡Viva España!, y que nadie te mire con cara rara.

Este Mundial era el nuestro. Las sensaciones desde el primer día eran muy positivas, a pesar de haber perdido contra Suiza el primer partido. Al comienzo del campeonato, sobre todo en la fase de grupos, la cita mundialista, estaba dejando bastante que desear. Para mi, demasiado conservadurismo y tácticas o sistemas defensivos que hoy en día para equipos mediocres, es una buena opción para dar la sorpresa ante un rival superior. Hasta ahí bien, cada uno juega con sus armas para ganar, o mejor dicho, para no perder. Pero eso hace que el fútbol se vuelva mediocre, y que el espectáculo brille por su ausencia. Ya no es que había miedo a perder, sino es que había miedo a ganar.

Desde hace unos años, el nivel de las selecciones más humildes ha aumentado, y lo han confirmado en Sudáfrica. Pero el nivel alto ha bajado. Es decir, el caso de selecciones como Corea del Sur, EE.UU, Japón, Eslovaquia, Ghana… han dado un gran rendimiento en Sudáfrica. Cada año, las selecciones más modestas están más preparadas para competir, y combinan perfectamente varios factores muy importantes hoy en día, orden táctico, sacrificio y talento. Todo eso unido a la ilusión de hacer algo grande y querer destacar, hace que sean selecciones muy competitivas. En muchos casos, la llegada de seleccionadores con experiencia, hace que esos equipos den más de sí , y aprovechen más sus cualidades y condiciones.

Por contra, tenemos grandes decepciones del torneo. A lo que me refería antes que el nivel alto, en algunos casos ha bajado. Los dos ejemplos más claros fueron las Campeonas del Mundo, Francia e Italia. Los franceses montaron un show en toda regla. A su pésimo fútbol, se le unió la mala convivencia entre jugadores, cuerpo técnico y periodistas. Un gran circo montado que terminó con la expulsión de Anelka de la selección y las duras críticas hacia su seleccionador Domenech. Necesitará tiempo para recontruir una selección competitiva. La selección italiana, dejó de ser italiana. Su sorpresa no fue en cuanto a fútbol, porque nunca ha jugado bien, pero sí en cuanto a competitividad y a esa garra defensiva que tanto le caracteriza. Ningún jugador con talento en Italia. Acostumbrados a jugar con fuego en todas las competiciones, y ganar a la italiana, esta vez la fortuna no le sonrío y se fue a casa sin ganar ningún partido.

Con un poco más de dignidad, otras selecciones históricas que se quedaron a mitad de camino, fueron Inglaterra (octavos), Brasil y Argentina (cuartos). Los de Capello tuvieron un nivel muy bajo en el mundial. No tuvieron ningún partido estelar, más bien fueron todos sufriendo, sin la superioridad esperada. Pasaron a octavos con poca convicción, y su condición de segunda de grupo, hizo que se enfrentaran a una gran Alemania. Este partido será también recordado por su polémica arbitral, ya que un tiro de Lampard, que entró medio metro tras batir en el larguero, no subió al marcador.

Brasil se fue con una cura de humildad del mundial. Siempre favorita para esta cita, no dio opción para pensar lo contrario desde el primer día. Pasó como primera en el grupo de la muerte, Portugal y Costa de Marfíl acechaban. Su juego, era de lo mejor del mundial, pero sin enamorar. Su mejor partido, contra Chile en octavos. La goleada ante los chilenos, les hizo pensar que a medio gas se ganan los partidos. La naranja mecánica de Holanda, les echo del mundial.

Argentina lo ganó todo en la fase de grupos. Se le veía muy fuerte, con grandes espectativas. Los de Maradona tenían posiblemente, el mejor ataque del mundial. Agüero, Milito, Higuaín, Tévez… y Messi. Una gran artillería arriba pero se veía un equipo descompensado. Grandes delanteros en el banquillo y en la retaguardia, mucho que desear. En su enfrentamiento en octavos contra México, volvió a aparecer la polémica arbitral. Clamoroso fuera de juego de Tévez que ni el línea ni el árbitro ven. Argentina fue superior, pero otra vez un partido condicionado. A la albiceleste le bajaron los humos en cuartos de final. Alemania le dejó en ridículo, anulando sus virtudes, y sacando sus carencias a relucir.

Destacaría, también como partido de cuartos, un espectacular encuentro. Por un lado Uruguay, con su balón de oro Forlán, a la cabeza. Y por otro, el único equipo africano que no decepcionó, Ghana. Para el recuerdo de este encuentro, queda la “parada” del delantero Luis Suárez, en el último minuto de la prórroga, en la línea de gol. Ghana falla la pena máxima y Uruguay se lleva la emininatoria en la tanta de penaltis.

Grandes actuaciones de selecciones que se fueron a casa con buen sabor de boca y con la cabeza alta. Es el caso de Chile, México, Paraguay, y la cuarta clasificada, Uruguay. De los equipos africanos se esperaba mucho más. Solamente Ghana pasó a octavos. Camerún como decepción africana, y Costa de Marfíl no pudo con sus dos rivales potentes del grupo. El caso de Portugal, puede estar justificado por haber caido contra la campeona. Muchas otras selecciones se fueron para casa sin apenar repercusión, debido a que entraba dentro de lo normal.

Tras un mes de competición y un inicio decepcionante, he de decir que el fútbol ha sido justo en cuanto a posición final de las selecciones. Si no haces las cosas bien, tarde o temprano terminas perdiendo. Las tres selecciones que mejor fútbol practicaron desde el primer día, fueron las tres primeras clasificadas. España, Holanda y Alemania. Mención especial para estas dos selecciones que hicieron un gran campeonato. Alemania estaba bien hasta que se cruzó con España y ahí nada que hacer. Nuestra selección, posiblemente en el mejor partido, no dio opción a los alemanes, que solo podían correr detrás del balón. La otra gran rival y finalista, Holanda, hizo un mundial espectacular, pero empañado por cambiar su estilo de fútbol elegante, por un fútbol sucio, pasando del límite del reglamento. Fue la que más nos complicó la vida. Gran trabajo y desgaste físico, taponando bien el juego de España. Dos contras mortales de Robben, pudieron cambiar el rumbo de la final, pero Casillas nos salvó de remar contra corriente. El fútbol fue justo y todos nos acordaremos del minuto 116 de la prórroga, cuando el gol de Andrés Iniesta, nos hizo por “primera vez” CAMPEONES DEL MUNDO.

Que más os puedo contar, que no hayamos dicho antes. Sobran las palabras para hablar de España. Solo decir que nos lo merecemos. Este era nuestro mundial. No podíamos dejarlo escapar. Hacía años que de una selección no se hablaba solo de que ganó un mundial, sino también de la manera en que ganó un mundial, jugando al fútbol. En la historia, hubo muchas selecciones campeonas del mundo, pero que yo recuerde, ninguna tuvo un reconocimiento mundial como el que tuvo España. SOMOS GRANDES!!

África. CAMPEONES DEL MUNDO: NIGERIA´99 – SUDÁFRICA´10

……………. continuará.